Juke Box Comics: tebeos con swing

A finales de los años 40, el jazz levantaba pasiones entre los jóvenes de Estados Unidos. Los intérpretes de ese género musical eran verdaderos ídolos que protagonizaban campañas de publicidad, giras interminables y tebeos.

En marzo de 1948, la editorial Eastern Color Printing lanzó Juke Box Comics, una revista bimestral dentro de su colección Famous Funnies que narraba, a través de historietas, las vidas o anécdotas de conocidos músicos. Por ejemplo, Woody Herman, Perry Como Jo Atafford, Benny Goodman, Xavier Cugat, Miguelito Valdés o Spike Jonze, algunos de los cuales incluso le desearon suerte a la publicación en su primer número.

«Ver mi primer ejemplar de Juke Box ha sido un placer largamente esperado.
La revista está destinada a tener un rápido éxito. Mis mejores deseos para el inevitable éxito de la publicación». Sinceramente,
Duke Ellington.

Portada del número 1 de Juke Box Comics con una caricatura de Spike Jones en el logotipo.

Portada del número 1 de Juke Box Comics con una caricatura de Spike Jones en el logotipo.

Me ha agradado mucho saber que vuestra revista ha aparecido. Desde hace tiempo necesitábamos algo semejante. No hay duda de que vuestra publicación será recibida con entusiasmo. A los editores de Juke Box les digo, «mucha suerte». Sinceramente,
Buddy Rich

Larga y feliz vida a Juke Box Comics. Creo que haréis de vuestra publicación una de las revistas más admirables en este campo.
Ella Fitzgerald

Juke Box Comics está haciendo muy buen trabajo. Viene a llenar un vacío para los teenagers. ¡Seguid así!
Tommy Dorsey

Apertura de la historia dedicada a ella Fitzgerald incluida en el número 3 de Juke Box Comics.

Apertura de la historia dedicada a ella Fitzgerald incluida en el número 3 de Juke Box Comics.

Aunque no aparecían firmadas ni constaban los nombres en la mancheta de la publicación, las historias estaban dibujadas por artistas de la talla de Alex Toth, Fred Guardineer, Sid Greene e incluso por Seymour Pearlstein que, años después, dejaría los cómics para dedicarse al arte académico. Aunque la mayor parte de las historias tenían un estilo realista, destinado a hacer que los personajes se parecieran lo más posible a los músicos a los que representaban, cuando los artistas eran más simpáticos o tenían un público juvenil en lugar de maduro, como Mel Torme, el estilo era caricaturesco, semejante al de series como Archie o Li'l Abner.

La vida de Betty Hutton en el número 6 de Juke Box Comics.

La vida de Betty Hutton en el número 6 de Juke Box Comics.

A medida que pasaba el tiempo, la publicación fue cambiando. Primero incluyó reseñas de discos y, poco después, comenzó a incluir publicidad de compañías como Capitol o juguetes infantiles pues, aunque ahora puedan parecer músicos consagrados para adultos, los personajes que aparecían en Juke Box Magazine eran verdaderos ídolos juveniles.

De hecho, aunque las vidas de los artistas de la época solían ser violentas y poco edificantes, los guionistas de la revista evitaban entrar en temas como adicciones, vínculos con la mafia o relaciones sexuales, aunque no siempre lo conseguían. Si bien no hay referencias a drogas o a la amistad de Xavier Cugat con Al Capone, los ajustes de cuentas, las amenazas y las peleas por parte de matones están presentes en casi todos los números que, por otra parte, tampoco fueron tantos.

Portada del número 3 de Juke Box Comics.

Portada del número 3 de Juke Box Comics.

Miguelito Valdés en el número 4 de Juke Box Comics.

Miguelito Valdés en el número 4 de Juke Box Comics.

En enero de 1949, un par de meses después de cumplirse el primer año de la aparición del primer número, la revista publicó su sexto y último título. A pesar de los buenos deseos de los músicos que aparecían en ella, Juke Box Comics no acabó de enganchar a los lectores más jóvenes, que preferían otras cabeceras de las publicadas por Eastern Color Printing. Por ejemplo, sus tebeos de guerra, crímenes, terror o super héroes sin censura de ningún tipo, al menos hasta que, en 1955, comenzó a funcionar la Comics Code Authority para controlar la moralidad de estas revistas.

En sus mejores momentos, Eastern Color Printing, que también daba servicio de impresión a otras editoriales, llegó a imprimir más de 65 millones de ejemplares al mes. Una cifra que menguó considerablemente cuando los cómics tuvieron que pasar ese control previo por parte de un organismo tan conservador y retrógrado como la CCA.

Frankie Laine metiéndose en problemas con la autoridad en el número 4 de Juke Box Comics.

Frankie Laine metiéndose en problemas con la autoridad en el número 4 de Juke Box Comics.

¿Hubiera pasado Juke Box Comics la censura de la CCA? Nada impide pensar que no fuera así. Sus dosis de violencia eran aceptables y siempre estaban provocadas por personajes malvados que les hacían la vida imposible a los verdaderos héroes del tebeo, los músicos. Por eso, tal vez hubiera generado más problemas el hecho de que muchas de las historias estaban protagonizadas por personajes negros con éxito y tratados como modelos a seguir, en una época en la que las leyes de segregación racial de Jim Crow todavía estaban vigentes en Estados Unidos. De hecho, si se atiende al año en que se derogaron esas normas raciales — nada menos que el 2 de julio de 1964—, se podría pensar que, para las autoridades del país, los tebeos fueron un problema social mucho más grave que los derechos humanos de su población negra.

Página dedicada curiosidades del mundo de la música en el número 4 de Juke Box Comics.

Página dedicada curiosidades del mundo de la música en el número 4 de Juke Box Comics.

Gracias al Digital Comic Museum, los seis números de Juke Box Cómics han sido escaneados y colgados en su página web donde pueden ser leídos en línea o descargados gratuitamente. A continuación, les dejamos con uno de ellos y, si tienen ganas de más, ya saben dónde encontrar el resto.