¡Muerte a la Dama de Hierro!

Margaret Thatcher dirigió Reino Unido con mano dura e intransigencia; desmanteló la industria, recortó las políticas sociales y desgastó la moral de la clase obrera. Un grupo de heavy metal intentó detenerla: rodaron cabezas y la suya fue una de ellas.


«Nunca había matado a una mujer antes, pero ahora sé lo que se siente». Son los versos iniciales de Sanctuary, el segundo sencillo de Iron Maiden publicado el 23 de mayo de 1980. La canción está incluida en la edición estadounidense de su debut homónimo, pero desapareció de la europea hasta las reediciones de finales de los años noventa. «Sé que te habrías vuelto loco si hubieras visto lo que yo», canta su primer vocalista, Paul Di’Anno, mientras en la portada vemos a Eddie, la carismática mascota del grupo, una extraña criatura, mitad zombi mitad momia, empuñando un cuchillo junto al cadáver de Margaret Thatcher.

Aquello sentó como un tiro en Downing Street. Una cosa era tener que soportar los exabruptos de los punks y otra muy diferente tolerar la representación gráfica de un magnicidio. Curiosamente, Iron Maiden sonaron por primera vez en la radio londinense en 1979, el mismo año en que Margaret Thatcher juró el cargo de Primera Ministra. Así que podría decirse que los riffs de ‘Iron Maiden’, ‘Invasion’ y ‘Prowler’ simbolizaron el cambio de guardia que abrió las puertas a la Nueva Ola del Heavy Metal Británico. «La idea fue de su manager —reconoce el ilustrador Derek Riggs— Convenció a la discográfica de que el escándalo sería beneficioso para ellos. Lo único que se buscaba era publicidad para el disco más punk de Iron Maiden».

«¡Es un asesinato! Maggie víctima del rock», rezaba el Daily Mirror en primera plana. La opinión pública condenó unánimemente la portada por «horrible, brutal e innecesaria» y hasta se hicieron encuestas entre jóvenes conservadores que se declaraban fans de la banda y se mostraban ofendidos por aquella carátula como «de muy mal gusto». Durante aquella semana, el foco de la noticia fue la Dama de Hierro equivocada: «Margaret Thatcher fue una líder terrible y nos jodió bien a todos mientras estuvo en el poder —sostiene Riggs— La única razón por la que salió elegida fue porque la extrema derecha consiguió infiltrarse entre los laboristas para corromper al partido desde dentro. Tuvo que pasar una década para que la gente volviera a confiar en ellos, pero mientras tanto siguieron votando a los conservadores».

«¡Es un asesinato! Maggie víctima del rock»

El 24 de enero de 1976, la agencia de noticias Reuters publicó un artículo que resultó providencial para una Margaret Thatcher que, recién asumido el liderazgo del partido conservador del Reino Unido, se posicionaba como el principal azote del comunismo en Europa. En su discurso titulado Gran Bretaña despierta, llegó a acusar a la URSS de querer dominar el mundo y emprender una carrera armamentística para convertirse en una superpotencia. En su nota de prensa, el corresponsal enviado a Moscú destacó que «la líder conservadora británica Margaret Thatcher ha sido apodada como “la Dama de Hierro” por el periódico Krasnaya Zvezda (Estrella Roja), órgano de propaganda del Ministerio de Defensa soviético». La frase caló de inmediato entre la prensa británica y Thatcher decidió amortizarla durante un acto público en Selborne Hall, en el barrio londinense de Southgate, a la semana siguiente: «Me presento ante ustedes esta noche con mi vestido de gala Estrella Roja, mi rostro ligeramente maquillado y mi cabello rubio suavemente ondulado, como la Dama de Hierro del Ocidente». La multitud estalló en aplausos.

El manager Rod Smallwood lleva décadas haciendo el mismo chiste: «Como buen fan de la Doncella de Hierro, nuestro Eddie se tomó mal que los rusos bautizaran a Maggie como la Dama de Hierro. ¡Pero le pareció aun peor sorprenderla arrancando nuestros carteles de las calles! ¡Solo había sitio para una Iron Maiden en UK!». El conato de censura terminó con un nuevo apaño promocional de la discográfica. Bastó con ocultar la verdadera identidad de la víctima y ofrecerle la oportunidad de tomarse revancha en la cubierta del año siguiente, Women in uniform / Invasion. Vestida de militar y con el arma reglamentaria usada para reprimir las huelgas mineras y el conflicto del Ulster, a tan solo un año de la Guerra de las Malvinas.

FOTO DE PROMOCIÓN POSANDO CON LA FIGURA DE CERA DE MARGARET THATCHER PARA LA REVISTA ‘KERRANG’