«Uno que quiere quemar el Parlamento»

A finales del siglo XIX y comienzos del XX, en medio de un escenario internacional (Estados Unidos, Francia, Rusia o España) plagado de atentados anarquistas o de grupos nihilistas, y sus intrigas y misterios: atentados provocados por la misma policía, infiltrados o conspiraciones. La prensa revolucionaria se vio influida por aquel ambiente.

Ilustración que muestra la detención del anarquista Ravachol (1891)

Ilustración que muestra la detención del anarquista Ravachol (1891)

Surgieron periódicos todos los días que se convirtieron en voceros de las ideas libertarias o socialistas. Estos periódicos, la mayoría precarios e impresos clandestinamente, eran financiados por suscriptores que, en realidad, eran simpatizantes del movimiento que deseaban permanecer en el anonimato. Tenía sentido: los redactores eran frecuentemente perseguidos y encarcelados. Generalmente, las últimas páginas de estos periódicos recogían los «nombres» de quienes lo habían financiado. Jamás aparecía la identidad real. Las alusiones y adjetivos, los pseudónimos e imitaciones, eran frecuentes.

Las listas de suscripción fueron todo un clásico de la diagramación de la prensa. Estas listas, además, reflejaban una escrupulosa política contable, que consistía en publicar cada una de las aportaciones económicas realizadas por los suscriptores, con un aprovechamiento total del espacio impreso para la propaganda. De ahí que aprovechando los beneficios del anonimato, muchos lectores eligiesen nombres doctrinarios o según la moda libertaria del momento, pues los nombres cambiaban lo mismo que las consignas.

¿Qué podías encontrar en estas listas de suscriptores? Esto mismo, según referencias que hemos tomado de periódicos anarquistas de Buenos Aires o Barcelona:

 

«Un aficionado a la explosión», 0.50 centavos

«Un dinamitero», 0.25 centavos

«Uno que destruye», 0.50 centavos

 «Una bomba a los papas habidos y por haber», 0.20 centavos

«Dinamita en las iglesias», 0.50 centavos

«Uno que quiere quemar el Parlamento», 0.50 centavos

«Undesconocido»,  0.30

«Uno que ama las explosiones», 0.10

«Uno al que le falta la pata»  0.20

«Un desgraciado»,  0.14

«Un descamisado», 0.30

«Un anti-burgués», 0.20

«Tots per la libertad»,  0.15

«Un espiritista», 0.20

«Un irredento», 0.50