La comuna de los espiritistas nudistas

Invocaban a los ya fallecidos en excursiones nudistas. Macrocosmo fue una sorprendente publicación catalana que unió a espiritistas con amantes del nudismo y las comunas.

Durante la República experimentaron un gran auge todas las doctrinas y grupos naturistas, vegetarianos y espiritas. Entre estos últimos, conectado con ideas cercanas al anarquismo, hubo muchos grupos espiritas que defendieron y practicaron el nudismo como un estilo de vida. Uno de ellos fue el Cenáculo El Progreso del Alma, de Barcelona, que publicó una revista llamada Macrocosmo donde reproducía comunicaciones con los muertos (que llamaban «medianímicas» (comunicaciones de médium), consejos culinarios o reportajes fotográficos de sus excursiones nudistas.

Macrocosmo se definía como una «revista espiritista y naturista» y su publicación se inició en julio de 1933, en entregas mensuales de 32 páginas. Aunque mantendrá el anonimato tanto de sus dirigentes como de los colaboradores de la revista, de los que solo aparecen sus iniciales o seudónimos —al objeto de huir de la vanidad humana, señala—, se sabe que su máximo responsable fue Antonio Badía Matamala, un antiguo sindicalista catalán, lo que hace hincapié en las relaciones entre el sindicalismo izquierdista y libertario y las ideas espiritas y nudistas.

En la cabecera de la revista aparecen los retratos de los espiritistas Allan Kardec (1804-1849), Amelia Domingo Soler (1835-1910) y Miguel Vives de Tarrasa (1842-1906), y en la sección Nuestro naturismo, los retratos de los hidroterapeutas Luis Khune (1835-1901) y Vicente Priessnitz (1799-1851), y de Sebastián Kneipp (1821-1897). También se declaraban contrarios al consumo de alcohol o tabaco.

El archivo de  todos los números de Macrocosmo puede consultarse aquí:

http://hemerotecadigital.bne.es/details.vm?q=id:0004914140