La increíble doble vida de un neonazi gay


El legendario Nicky Crane llevaba una doble vida. Propinaba palizas, militaba en grupos nazis y llegó a participar en el desfile del Orgullo Gay de Londres

 

Resultaba imposible. Los botellazos e insultos, las amenazas de muerte y peleas continuas lograban reventar los shows de Sham 69, una de las bandas más importantes del movimiento punk y Oi! que asolaba Inglaterra a comienzos de los ochenta. En un momento dado, mientras sonaba de forma irónica el himno «If the kids are united», Jimmy Pursey, cantante de la banda, se rindió. Los neonazis se habían hecho con buena parte del movimiento skinhead. Llegó un momento en que era realmente complicado distinguir a unos de otros. Muchos skins antifascistas se hicieron a un lado. Los conciertos se convertían en batallas campales, lo mismo que las calles, en las que el British Movement y el National Front, el partido nazi británico, manipulaban a la juventud skin nazi para usarlas de emblema furioso, matones que aterrorizaban a negros, pakistanís (acuñaron el lema «Bash the paki», es decir, «Patea al pakistaní») y punk rockers.

Incidentes protagonizados por skinheads neonazis londinenses. Fotografías: Nick Knight

«Aquel skin era un destacado militante neonazi que había protagonizado numerosos altercados y peleas contra negros. Se llamaba Nicky Crane y era una figura conocida entre las tropas nazis de los partidos fascistas»

Un recopilatorio de Oi!, hoy convertido en un clásico, desató la polémica. Aunque había sido publicado por antifascistas, la portada estaba ocupada por una impactante imagen de un enorme y airado skinhead, que pronto aparecería en posters y camisetas y se convirtió en la imagen prototípica del skin inglés. Sin embargo, había algo que se desconocía entonces. Aquel skin era un destacado militante neonazi que había protagonizado numerosos altercados y peleas contra negros. Se llamaba Nicky Crane y era una figura conocida entre las tropas nazis de los partidos fascistas, las organizaciones paramilitares y las bandas de Oi!, incluidos los punks pioneros en unir música con nazismo, Ian Stuart, «héroe de los neonazis, y su banda Skrewdriver. Crane había sido contratado por Ian como jefe de seguridad en shows que se celebraban siempre con la amenaza de altercados con antifascistas. Lo mismo sucedió con Blood & Honour, que contó con Nicky como matón.

Imagen de Nicky Crane para el recopilatorio Oi!

Imagen de Nicky Crane para el recopilatorio Oi!

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Nicky Crane

Nicky Crane

Nicky, a la derecha del escenario, como servicio de seguridad en un concierto de Skrewdriver para el National Front

Nicky, a la derecha del escenario, como servicio de seguridad en un concierto de Skrewdriver para el National Front

Nicky, en el centro, con el equipo de seguridad de Skrewdriver

Nicky, en el centro, con el equipo de seguridad de Skrewdriver

«Combinaba las palizas a negros y pakistanís, con las visitas nocturnas a muchos de los principales clubs gays de Londres»

Pero desde que Nicky se convirtió en más famoso aún, comenzaron sus problemas. En una época en que ser gay y neonazi, a los ojos de los líderes y las tropas de choque neonazis, era sencillamente inconcebible, Nicky no dudaba en llevar esa doble vida. Aún no había salido del armario, lo que sucedería más tarde, en un reportaje que conmocionó a la ultraderecha, que puso precio a su cabeza, y en el que aparecía reconociendo abiertamente que era gay. Nicky combinaba las palizas a negros y pakistanís, con las visitas nocturnas a muchos de los principales clubs gays de Londres, donde pasaba desapercibido, o al menos no se le identificaba como ultraderechista. Muchos gays, en locales leather, vestían como skinheads. La apariencia de Nicky parecía ser parte de aquel juego inocente con la estética paramilitar y la violencia. Incluso desfiló, al menos como miembro del equipo de seguridad, en el Orgullo Gay de Londres de 1986, donde fue reconocido por antifascistas y denunciado a la organización. El círculo se estrechaba en torno a él en lo que era ya un secreto a voces.

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Nicky Crane fotografiado por Nick Knight

Nicky Crane fotografiado por Nick Knight

Entonces llegó la entrevista en televisión, el documental, sus declaraciones… y el escándalo. The Sun, habituado al amarillismo, publicó su foto con el titular «Nazi Nick is a Panzi». Lo hizo en el último minuto. Casi toda la ciudad lo sabía, aunque los nazis no querían reconocerlo y decían que se trataba de una argucia para desprestigiarlos. Nicky iba y venía a Tailandia e incluso participó en pequeñas producciones de porno gay. Todos querían entrevistarlo o acabar con su vida. Su leyenda se venía abajo, lo mismo que lo imponente de su físico. Grupos antifascistas le propinaron varias palizas. El tiempo pasaba para el todo el mundo, incluso para el fornido Nicky. Abandonado, condenado a muerte por los nazis y calificado de traidor por sus antiguos colegas, como el mismo cantante de Skrewdriver, murió de SIDA en 1993. Nadie lloró en su tumba.