Calaveras, bandanas y mucha velocidad: Josex, nuestro gran ilustrador hardcore

Nuestro Raymond Pettibon vive en el madrileño barrio del Pilar y fue pionero en el arte y la imaginería más reconocible del hardcore punk nacional, además de crear míticas portadas y logos de algunas de las bandas más importantes de la época

 

En una de las fotografías promocionales de HHH, la banda de hardcore de Bañolas que a finales de los ochenta ocupaba el trono nacional de ser la más rápida, sus miembros posaban divertidos exhibiendo cinturones de pilas usadas en lugar de balas, como una ingeniosa vuelta de tuerca a la estética oscura y agresiva del heavy metal y el crossover. David Von Rivers lo cuenta en su magistral Zona Especial Noise (Beat Generation, 2020): al caer la noche, los hermanos Marc y Koki, guitarra y batería, solían esperar nerviosos a que Álex, el bajista, terminase su turno como cocinero en L’Aram, un gran restaurante en la calle de Aragón de Barcelona, para salir pitando a tocar en algún antro. «Por aquel entonces –contó en El Mundo el hoy famoso cocinero Sergi Arola–, éramos dos en la cocina y compartía mis ilusiones y sueños con Alex Montiel, el jefe de cocina y propietario del restaurante. Yo había llegado a trabajar con él y desde el principio se estableció una buena química entre los dos. Además de la pasión por la cocina nos unía la pasión por la música. Yo tocaba la guitarra en un grupo de pop, Canguros, y él el bajo en un grupo hardcore, HHH (“Hardcore Hasta la Histeria”)». O también «Harina de Huesos Humanos».

HHH. Archivo Bcore

HHH. Archivo Bcore

«Resultaba complicado encontrar a gente con esa imagen, bandanas y brazaletes, muy como lo que se podía ver en los shows de Circle Jerks»

El batería usaba un aparato casero, realizado por su padre que era carpintero, colgado del cuello para poder cantar y tocar a la vez, al tiempo que para sorpresa del público el resto de miembros, guitarrista y bajista, habían «perdido» la mayor parte de sus cuerdas: el bajista solo usaba una; pegaba las otras tres con cinta americana para que no molestasen. El guitarrista, a su vez, solo tenía dos cuerdas. No necesitaban más. Las canciones llegaban una tras otra, un alud de apenas un minuto que rendía tributo a DRI, los primeros Suicidal Tendencies o Larm.

EL LEGADO DEL ILUSTRADOR PUNK

La historia, en muchas ocasiones, la escriben tipos anónimos, héroes sin reino, apátridas. Solamente el futuro, a su manera ciego y déspota con el pasado, puede servir para tender esos puentes y esas conexiones que adquieren coherencia cuando se tiene conciencia de ellas. El nombre de Josex, conocido como «Porras», está tras uno de los discos más importantes del hardcore estatal, una sucesión de temas aceleradísimos y de letras que no caían en los tópicos de un punk que, cuando se grabó, llevaba muchos años en un callejón sin salida de drogas y autodestrucción.

En abril de 1990 HHH publicaron A por ellos… que son muchos y están súper cachas!, una parodia del célebre directo de Loquillo y los Trogloditas. Es una obra maestra del hardcore hecho en nuestro país, el disco más rápido publicado hasta ese momento. Lo editó Fobia, que junto a Potencial Hardcore o Bcore, se convirtió en uno de los principales (y también escasos) sellos discográficos en nuestro país dispuesto a publicar ese material. En la contraportada destacaba un enorme dibujo en blanco y negro, firmado por Josex, donde una gran turba de punks, algunos con palos en las manos y camisetas de Gorila Biscuits o Uniform Choice, se enfrentaban a una muralla de gigantes enemigos (la policía y el ejército, los banqueros y la Iglesia). En lo alto, emergiendo entre las nubes, el rostro cadavérico de la muerte.

Ilustración de Josex para la contraportada del disco de HHH A por ellos… que son muchos y están súper cachas! (Fobia, 1990)

Ilustración de Josex para la contraportada del disco de HHH A por ellos… que son muchos y están súper cachas! (Fobia, 1990)

Ángel Andrés, jefe supremo de Fobia –que, en realidad, era además un colectivo pro liberación animal y anarquista– y superviviente de aquellos años, recuerda a Porrasx, un chaval muy activo y abierto, brillando en medio de una escena mayoritariamente nihilista y muy violenta que se consumía a sí misma entre drogas y altercados. «Porras no era straight edge, pero a veces lo parecía –confiesa–. Resultaba complicado encontrar a gente con esa imagen, bandanas y brazaletes, muy como lo que se podía ver en los shows de Circle Jerks». Algo de eso habían presenciado los fans españoles en los legendarios conciertos de MDC o Lärm, un hatajo de chavales tocando a una increíble velocidad, con zapatillas de skate, camisas de cuadros, bandanas o gorras. «Él estaba en esa onda y sus diseños nos encantaban. No caía en los típicos temas asustaviejas del punk, sino que iba más allá», añade Ángel.

Josex haciendo mosh en un concierto de Bap (1987). Fotografía: Archivo Gaboni

Josex haciendo mosh en un concierto de Bap (1987). Fotografía: Archivo Gaboni

Josex, en el centro, con bandana, camiseta de Black Flag y chaqueta negra de cuero, junto a Fernando Potencial Hardcore (con bandana roja) y, a su lado, Gaboni (1987). Fotografía: Archivo Gaboni

Josex, en el centro, con bandana, camiseta de Black Flag y chaqueta negra de cuero, junto a Fernando Potencial Hardcore (con bandana roja) y, a su lado, Gaboni (1987). Fotografía: Archivo Gaboni

Flyer de SDO 100% V ilustrado por Josex. Archivo Sancho

Flyer de SDO 100% V ilustrado por Josex. Archivo Sancho

Fue el culpable de que una tarde Fernando decidiera llamar a su sello Potencial Hardcore, que antes fue un fanzine y donde él se ocupaba de las ilustraciones y la maquetación. Incluso firma algunas entrevistas. También fue autor de algunas de las portadas y contraportadas más míticas y logos en los que predominaban calaveras con tibias cruzadas, paisajes distópicos y la amenaza del colapso total. A mediados de los ochenta, hizo sus primeras ilustraciones para un pequeño fanzine, Madrid Punk. Su arte, por entonces, era aún muy rudimentario, pero pronto todo cambió y se volvió más agresivo. Hay bandanas, calaveras, capuchas, skinheads, botas de motorista. Madrid, que para él podía ser Los Ángeles o San Francisco, parece dominada por pandillas similares a las de Los Ángeles Death Squad o las huestes cholo punks de Mike Muir y Suicidal Tendencies. Skates, violencia policial y camisetas raídas.

Gaboni, conocido dibujante, autor de numerosas portadas y protagonista punk de aquellos años, lo conoció en ese lugar donde año tras año los punks madrileños se dejaban caer en pleno contrabando de discos, casetes y también ideas: las escaleras del Rastro, en Ribera de Curtidores, donde a finales de los setenta Manolo el Drácula vendía sus discos de punk inglés junto a unos altavoces descomunales que atronaban sin cesar. «Debí conocerle alrededor del año 1986 o 1987 –cuenta–. Era de los pocos punkies que en aquel entonces llevaban camisetas de grupos hardcore, Black Flag, Hüsker Du... Era del barrio del Pilar, colega de los 37 Hostias y de los skins de por allí con los que parábamos habitualmente por Argüelles los fines de semana».

 

LA IMAGEN DE LA MUERTE Y LA LOCURA

«Son auténticas obras de arte underground equiparables a los de la escena de hardcore punk californiana de principios de los ochenta»

Sus carteles, por entonces, ya eran fácilmente reconocibles. Nadie, en nuestro país, hacía algo parecido, solamente llegaba algo así a través del Maximun rocknroll o los discos de Uniform Choice, Excel o Septic Death. «Siempre me flipó la facilidad que tenía para dibujar al puro estilo hardcore americano que se estilaba en USA por aquella época –confiesa Gaboni–, con calaveras, zombies, locura, radioactividad. Tenía un gran dominio de las sombras, los contrastes y la anatomía. Recuerdo una anécdota cuando íbamos una mañana de domingo por el Rastro andando y, de repente, veo que se agacha a recoger algo del suelo como un relámpago, le pregunto qué sucede y, disimuladamente, me enseña un fajo de billetes... ¡se había encontrado ocho mil pesetas! Aquella mañana cayeron unas cuantas cervezas».

Un año antes de la ilustración para el primer disco de HHH había creado su imagen más reconocible y célebre, el fabuloso e impactante logo para Andanada 7, una banda de Hortaleza que practicaba un punk rock sucio y ultrarrápido, con letras callejeras, y que exhibía un macarrismo despiadado que los situaba entre varios mundos, un cruce perfecto entre el quinqui y navajero, el punk colgado de ácido y unos GBH castizos. En la contraportada de Esperando a la muerte, su primer disco, aparece en todo su esplendor su logo, una mezcla entre Motorhead y Discharge. El logo no solamente puede verse hoy en decenas de camisetas. Muchos viejos y nuevos punks la llevan tatuada en la piel. O también en otro de los álbumes clásicos de unos habituales de la escena punk como eran 37 Hostias y su Cantando bajo la lluvia ácida (Potencial Hardcore, 1993). La estupenda portada, un hardcore kid alargado formando una espiral, es obra suya.

El logo de Andanada 7 diseñado por Josex para el disco Esperando a la muerte  (1989)

El logo de Andanada 7 diseñado por Josex para el disco Esperando a la muerte (1989)

También lo conoció y admiró Miguel Ángel Sánchez Gárate «Adicto», vocalista de SDO 100% Vegetal, otra de las bandas más activas de aquella época. Para él, la importancia del arte y estilo de Josex es enorme: «En cierta forma, y salvando las distancias, podría compararse a célebres ilustradores de la talla de Pushead y Raymond Pettibon. El primer flyer que vi de él fue el que anunciaba la primera maqueta de SDO 100 % Vegetal Hash Core, aunque creo que Maki, Francisco Javier García, compañero de Fernando Márquez en el entonces programa de radio Vallekas Un día llegará, hizo otro flyer. Pero la imagen de un grupo de punks recriminando a unos violentos en un concierto con el lema "¿A qué has venido aquí?", tema de SDO, es la primera imagen suya que viene a mi mente. Compartí con él algún ensayo en la antigua zapatería donde solían ensayar 37 Hostias. En aquella época estaba muy influenciado por el hardcore californiano, bandas como MDC, Circle Jerks o Suicidal Tendencies, y eso se refleja mucho en sus trabajos».

Portada de Porrasx para 37 Hostias, Cantando bajo la lluvia ácida (Potencial Hardcore, 1993)

Así es, basta detenerse en los carteles de conciertos legendarios como el de Subterranean Kids, Andanada 7 y 37 Hostias en las Cocheras de Pacífico, un enorme espacio prácticamente autogestionado por los punks que antes de cada concierto recibían la llave de la concejala de cultura, o el de Antirégimen y SDO 100 % Vegetal, en el mismo sitio, entre decenas más, para darse cuenta de su maestría e importancia. En ambos casos es evidente lo adelantado que era su arte y estilo para lo que se hacía en nuestro país. «Son auténticas obras de arte underground equiparables a los de la escena de hardcore punk californiana de principios de los ochenta», afirma Miguel.

Dibujo de Mike Muir de Josex para Antidoto de Barcelona, realizado por Bolice de Subterranean Kids Archivo Sancho

Dibujo de Mike Muir de Josex para Antidoto de Barcelona, realizado por Bolice de Subterranean Kids Archivo Sancho

Ilustración de Josex para el fanzine Antidoto. Archivo Sancho

Ilustración de Josex para el fanzine Antidoto. Archivo Sancho

Portada de Josex para Potencial Hardcore, entonces un fanzine, que solo editaría un número. Archivo Sancho

Portada de Josex para Potencial Hardcore, entonces un fanzine, que solo editaría un número. Archivo Sancho

Carteles de Josex para los conciertos de Subterranean Kids, 37 Hostias y Andanada 7 y Antirregimen, Andanada 7, SDO 100% V y 37 Hostias. Archivo Adicto

Cartel de BAP y Olor a Sobako, entre otros, realizado por Josex. Archivo Sancho

Cartel de BAP y Olor a Sobako, entre otros, realizado por Josex. Archivo Sancho

Flyer de Josex para Potencial Hardcore. Archivo Sancho

Flyer de Josex para Potencial Hardcore. Archivo Sancho


Su rastro se desvaneció a comienzos de los noventa, tras su diseño para 37 Hostias. Quise contactar con él, que me contara esta historia casi secreta, pero fue imposible. Sigue viviendo en el barrio del Pilar y sus viejos amigos de 37 Hostias suelen encontrárselo de vez en cuando. Fueron ellos quienes le preguntaron por aquellos años, sus carteles y flyers, esa imaginación desbordante. Una persona quería entrevistarlo, charlar con él. Sin embargo, no quiso decir una palabra. Puede que el pasado sea un arma de doble filo o que el futuro haya sido peor que aquellas pesadillas demasiado reales que solía dibujar.