Los bromistas que también son masones

La masonería abarca todo tipo de profesiones, actividades y disciplinas. Incluso la de los bromistas. El 20 de febrero de 1911, en el Templo Aloha de Hawaii, el masón A. M. Ellison fundó la Orden Real de los Bromistas (Royal Order of Jesters), una organización secreta que proporciona a sus miembros todo tipo de emblemas y certificados de admisión. Inicialmente, el grupo estaba formado por solo trece miembros. «Mientras que la mayoría de los cultos masones se dedican a la caridad, la Orden Real de los Bromistas lo hace a la diversión», afirman.

Existe muy poca información sobre ellos y casi siempre rehúsan todo tipo de publicidad. Incluso, a instancias de sus jefes, una web realizada por uno de sus miembros fue eliminada tras ser demandada por el grupo. Su objetivo es evitar la exposición pública de sus bromistas. La única manera para poder formar parte de la Orden, que actualmente cuenta con unos veinte mil miembros, es recibir una invitación. Sin embargo, a pesar de este silencio en torno a ellos, hace unos años fueron denunciados por actos «aberrantes» y de carácter sexual, concretamente la organización de fiestas con prostitutas y la utilización de disfraces de policías. Gary N. Martin, Presidente de la organización, tuvo que salir al paso de las acusaciones y prometió una dura e implacable investigación interna.

 

Los escándalos sacudieron las logias de Buffalo y Big Sandy, lo que para muchos demostraba que no se trataba de actos aislados sino que la Orden había creado una estructura inmoral. EL FBI investiga al grupo, tanto por sus eventos (sobre los que se tienen sospechas que participan prostitutas), como por viajes de «turismo sexual» de sus líderes a Brasil, donde habría tenido trato con menores. Para el resto de los grupos masones americanos, las actividades de la Orden Real de los Bromistas son una vergüenza y afirman que se trata de grupos que utilizan la tradición masónica para una vida perniciosa.