«Amor eterno, Wendy»

El suicidio de Wendy Orlean Williams, cantante de Plasmatics, dejó paralizadas a cientos de personas, tanto dentro de la escena del rock and roll como entre sus amigos. Comenzó su carrera artística desde el antiarte, al responder a un anuncio de una compañía de teatro que buscaba «antiartistas». Wendy no se lo pensó dos veces y, un par de años más tarde, fundó la legendario banda punk Plasmatics.

Su impactante puesta en escena, llena de furia y en medio de una oda a la destrucción (guitarras, televisores...), les hizo ganar una reputación de colosal grupo de directo.

Nosotros también queremos recordarla su paso por el cine con el papel de actriz principal en Reform school girls (1986), dirigida por Tom DeSimone. En los últimos años, Wendy se convirtió en una firme defensora de los derechos de los animales y el vegetarianismo.

 

Tenía 48 años, corría el año 1998, cuando Wendy se disparó un tiro en la cabeza poniendo fin a su vida. Su nota de suicidio es de lo más impactante, demostrando una lucidez y pleno dominio de sí misma en los últimos momentos:

«El acto de quitarme la vida no es algo que decida hacer a la ligera. No creo que nadie se quite la vida sin antes haberlo reflexionado profundamente durante un largo periodo de tiempo. De todas formas, estoy convencida que el derecho a poder hacerlo es uno de los derechos fundamentales que alguien puede llegar a tener en una sociedad libre. Pienso que la mayoría de lo que hace el mundo no tiene ningún sentido, pero el sentimiento con respecto a lo que estoy haciendo suena alto y claro en el interior del oído, en un lugar en el que no hay nadie, solo la calma. Amor eterno, Wendy».