El otro Mayo del 68: la contrarrevolución de la rata negra


Fue el otro mayo francés y estuvo protagonizado por grupos neonazis que enarbolaron el símbolo de una rata negra. A partir de entonces, la rata se convirtió en el emblema del terrorismo «negro»

Al principio fueron personajes de cómic, los roedores Anthracite y Chlorophylle, célebres en Francia y Bélgica durante los cincuenta y sesenta de la mano del dibujante e historietista Raymond Macherot (1924-2008). El personaje y la serie de cómics de Chlorophylle aparecieron en 1954 y se hicieron muy populares. Chlorophylle se defendía de su enemigo Anthracite, violento y megalómano... y futuro símbolo del terrorismo «negro» nacido alrededor de Mayo. 

Anthracite y Chlorophylle, los personajes de Macherot

La rata negra se convirtió en emblema de los neonazis que respondían así a los insultos de «ratas» por parte de grupos izquierdistas, anarquistas y antifascista al calor de las movilizaciones estudiantiles y callejeras que condujeron al Mayo francés. Sus principales defensores eran miembros de un grupo extremista que solía aparecer en manifestaciones con cascos y palos. Por vez primera, la rata negra fue vista en la Facultad de derecho de Assas, donde varios grupos nazis se habían hecho fuertes. El Groupe Union-Droite [GUD], uno de estos, acabó por popularizarla entre los ambientes de extrema derecha. Jacques Marchal, un neonazi miembro del grupo, se inspiró en el roedor de Macherot, que pasó a aparecer en fanzines y panfletos neonazis. Marchal, antiguo militante del agresivo colectivo Occident, empleó el agit prop para desviar un símbolo popular, asociado a algo negativo, para aceptarlo como insulto y demostrar que estaban orgullosos de ser llamados fascistas. Su biografía inmediata no deja lugar a dudas de su fidelidad a la causa fascista, integrándose en Orden Nuevo y el Frente Nacional.

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Militantes neonazis de Occident y Groupe Union-Droite durante el mayo francés

Militantes neonazis de Occident y Groupe Union-Droite durante el mayo francés

La rata, ya adscrita a los estudiantes nazis, aparecería por entregas en viñetas racistas firmadas por Marchal bajo el título Las ratas malditas en la revista Alternative, editada por el Front de la Jeunesse. También dio el salto a músico (eso sí, mediocre) con varias bandas que inauguraron el llamado «rock identitario francés», es decir, rock racista para racistas que buscaba su justificación en un supuesto pasado francés hecho a medida y donde cabían desde personajes históricos hasta la subcultura apache, popular a comienzos de siglo, y reivindicada por un sector del fascismo francés.

La rata de Macherot desviada por los neonazis franceses del GUD 

La rata de Macherot desviada por los neonazis franceses del GUD 

«Grupos como Occident protagonizaron marchas o convocaron asaltos violentos, tanto en el Barrio Latino como en la universidad»

Durante el Mayo francés, hicieron de fuerzas de choque contra estudiantes y grupos izquierdistas, haciendo un llamamiento a las asociaciones estudiantiles de derechas y al propio gobierno del «deber» de detenerlos. Grupos como Occident protagonizaron marchas o convocaron asaltos violentos, tanto en el Barrio Latino como en la universidad, al grito de «¡Vietcongs asesinos!», «Francia para los franceses», reclamando una Argelia bajo el puño de Francia o lanzando consignas por el ahorcamiento de Cohn-Bendit. Se llegó incluso a cerrar la Sorbona ante los rumores de enfrentamientos masivos entre antifascistas y los chicos de Marchal.

Todo esto tenía mucho de descomposición ideológica de la extrema derecha, que reivindicó la figura de la rata negra surgida en los últimos sesenta entre los nazis franceses. Se convirtió en el emblema del «otro» Mayo, la contrarrevolución fascista que se oponía a la ola libertaria de 1968 y que utilizaban abiertamente el terrorismo, el matonismo y la amenaza. Es lo que se conoció como terrorismo «negro» y la oleada de atentados terroristas protagonizados, sobre todo, por grupos y células francesas, italianas, alemanas y españolas, en muchos casos con una estrecha coordinación entre estas.

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Pero hubo otra rata, esta vez izquierdista, muy parecida a la rata negra de la extrema derecha: la rata negra de la revista de izquierdas El Viejo Topo, fundada en 1976 en Barcelona y en medio de ataques terroristas y sabotajes protagonizados por bandas de extrema derecha contra publicaciones y librerías.

Los nazis protestaron por lo que entendían que era un apropiacionismo izquierdista de su rata, pero no tardarían en volverla a pasear en fanzines franceses e italianos como Alternative (París, 1973-1975), dirigida por el propio Marchal, y La voce della fogna (La voz de la alcantarilla, Florencia, 1974-1983). En España, El cadenazo, un fanzine neonazi surgido en 1977, la adoptó inmediatamente. En sus páginas aparecían traducidos algunos de los artículos franceses e italianos. Lo mismo que en Zaragoza o Pamplona, donde grupos neonazis publicaron La Rata Negra, calificada como «un fascio-comic». Fue a mediados de los ochenta, con la fuerza que tuvo Bases Autónomas, una organización neonazi extremadamente violenta y que, al mismo tiempo, se reapropió del lenguaje y las tácticas de los autónomos italianos y alemanes de los setenta y ochenta, la que convirtió a la rata negra en su emblema en fanzines como La peste negra (Madrid, 1985-¿1987?) o Alcantarilla (Barcelona, 1986-1988), este editado por la librería y editora neonazi del colectivo Europa. Posteriormente, los herederos de parte de la estética y discurso de los nazis de Bases Autónomas, la Juventud Nacional-Revolucionaria, también adoptaron la rata negra. Desde entonces, la rata negra es vista de vez en cuando, en nuevos grupos neonazis o en sellos discográficos neonazis como Rata-ta-ta.