La cabaña de Unabomber

Theodore Kaczynski, conocido como «Unabomber», escribió una carta tras otra. En estas exigía que su antigua casa, la pequeña cabaña perdida en el monte en la que había vivido y conspirado contra América (fabricación de bombas, vida solitaria como el «último hombre libre»), no fuese vulgarmente exhibida en un museo.

La cabaña de Unabomber en Lincoln

La cabaña de Unabomber en Lincoln

Lugar en que estaba situada la cabaña tras su traslado

Lugar en que estaba situada la cabaña tras su traslado

El FBI planeaba organizar en el Newseum de Washington una gran exposición en la que mostraría bombas, cuchillos, pasamontañas, comunicados, simulaciones de asesinatos y toda una serie de instalaciones que ensalzarían los logros de la agencia. Material auténtico. La lista era extensa: Patty Hearst, John Dillinger, Charles Manson...

Traslado de la cabaña

Traslado de la cabaña

Desde aquella cabaña, entre 1978 y 1995, envió 16 bombas a numerosos objetivos, incluyendo universidades y compañías aéreas, acabando con la vida de tres personas e hiriendo a más de veinte. Su nombre, explotado por la prensa durante aquellos días, provenía de «Unabom» («University and Airline Bomber», es decir, «Terrorista de Universidades y Aerolíneas»).

Unabomber posando para la ficha policial tras su detención

Unabomber posando para la ficha policial tras su detención

Unabomber entra en el juzgado

Unabomber entra en el juzgado

Su afán por dar a conocer su célebre manifiesto antitecnológico contra la sociedad industrial, pero al mismo tiempo una feroz crítica contra la misma izquierda, hizo que su hermano reconociese por un periódico su firma. Fue este quien lo delató. Poco después fue detenido en aquella minúscula casita en Lincoln (Montana), adonde se había mudado muchos años antes, en 1971. No tenía luz ni tampoco agua. Debía valerse por sí mismo, vivir como los antiguos tramperos. Su vida como reputado profesor quedó atrás, borrada de la memoria. Debía empezar de cero.

Interior de su cabaña

Interior de su cabaña

Unabomber fue condenado a cadena perpetua. Lo cierto es que la vieja cabaña fue desmontada de su ubicación original y trasladada entera con el mayor cuidado como pieza de convicción en poder del FBI, que la guardó en sus enormes almacenes donde puede encontrarse todo un arsenal.

No lo logró. Su cabaña, finalmente, fue exhibida. Niños y adultos podían verla y fotografiarse frente a esta. La exposición se llamó «FBI's First Century Exhibit».

Aspecto del interior de la cabina en el momento de entrar los agentes del FBI: