Jack Chick, un titán del pulp fundamentalista

Así que estoy en camino a una librería cristiana, normalmente uno no suele frecuentar semejantes lugares, pero he descubierto que este en concreto atesora en sus estantes un buen porrón de «tratados» (llamémosles «mini cómics» por ahora) de uno de los creadores de tebeos que más me fascinan: el inigualable Jack Chick, dibujante y editor, fervoroso creyente en el dios verdadero y rey incuestionable del más terrorífico cómic religioso. De vuelta a casa mis manos temblorosas manosean con orgullo el botín, imágenes de condenación eterna me queman la pupila y un sinfín de historias a cual más demente, hilarante y/o aterradora inundan mi cerebro, porque cuando se trata de meter el miedo en el cuerpo del infiel Jack Chick es (era) El Hombre. Seamos breves con la cosa biográfica porque aquí lo que importa es lo que importa y, si desean profundizar en la vida y obra del hombre, hay información más que suficiente flotando en el ciberespacio.

Nacido el 13 de Abril de 1924 y fallecido el 23 de octubre del año pasado, Mr. Chick comenzó su carrera como dibujante en 1953 y en 1960, tras convertirse al evangelicalismo protestante gracias a su señora esposa, comenzó a publicar el objeto de nuestro interés: las conocidas como Chick Tracts.

¿Y qué son las Chick Tracts? pues digamos que es una especie de cómic en blanco y negro maravillosamente ilustrado por Chick y otros, del tamaño de la palma de la mano y unas 20 páginas con disparatadas historias de contundente contenido moral en las que Chick (y otro sinfín de tronantes dibujantes, insisto) dan forma visual al complejo sistema de creencias del maestro, un batiburrillo que —según esa inagotable fuente de información contrastada que es la wikipedia—  se podría definir como cristiano fundamentalista rama Protestante Evangélico sección Baptista independiente subsección dispensacionalista milenarista o algo similar… Uno se pierde un poco, no lo voy a negar.

Destinadas a evangelizar, repartidas a menudo de forma gratuita y traducidas a tropocientos idiomas (algunos de los cuales usted ni siquiera ha oído mencionar), es fácil que usted haya visto una Chick Tract alguna vez, pues a menudo se reparten de forma gratuita o se colocan en lugares en los que puedan caer en manos de algún pecador necesitado urgentemente de redención. Si no ha sido así, o no le prestó la debida atención en su momento, sepa que se está perdiendo algo GRANDE.

«Básicamente, y así a ojo, el 99% de la población del planeta arderá eternamente (y literalmente) a no ser que, por un giro de la fortuna, una de estas joyas de salvación caiga en nuestras manos y sigamos sus consejos, oración final incluida»

El caso es que, según el maravilloso disparate que son estos libritos, Dios es un señor gigante sentado en un trono que manda sin pestañear a la condenación eterna a católicos, drogatas, comunistas, pandilleros, ocultistas, infieles varios, jugadores de dragones y mazmorras, feministas, homosexuales, creyentes en la teoría de la evolución o el cambio climático, judíos, paganos, borrachos, hippies, seguidores del islam, lectores de Harry Potter o gente que se caga en Él minutos después de subirse al Titanic, que a quién se le ocurre. Básicamente, y así a ojo, el 99% de la población del planeta arderá eternamente (y literalmente) a no ser que, por un giro de la fortuna, una de estas joyas de salvación caiga en nuestras manos y sigamos sus consejos, oración final incluida.

Todo esto se publica a través de Chick Publications, un emporio del proselitismo pulp creado por el maestro en 1970 y que no solo alberga mini cómics, pues también han publicado libros, dvd’s, pósters o cómic books en toda regla como Los Cruzados, otro delirio altamente recomendable en el que dos jóvenes fundamentalistas cristianos se enfrentan a un sinfín de trepidantes aventuras. Recorrer la página web de Chick Publications (en la que además puede uno meterse entre pecho y espalda un trillón de chick tracts por la jeta) es sumergirse en un mundo extraño en el que la salvación o la condenación eterna están a un click de nuestro ratón… Tratándose de un asunto tan serio, sirva este humilde texto como mera introducción a la obra de Mr Chick, pues harían falta cientos de páginas para comenzar a rascar la superficie de lo creado por este gigante del dispensacionalismo: busquen, lean atentos y quizá su alma pueda ser salvada. Ya me lo agradecerán el día del juicio final.