Escapa, huye, defiéndete: así fueron las armas y los utensilios para la fuga de los presos


Una selección de nuestras armas y utensilios para el escape preferidos. La mayoría pertenecen a cárceles alemanas

Casi cualquier cosa podía y puede servir. Palillos y cepillos reciclados, objetos fabricados con desechos, pequeñas piezas hurtadas. En el interior de libros o alimentos, en la suela de los zapatos o en cualquier pliegue de la ropa o el cuerpo. Crucifijos falsos. Todo con tal de escapar de prisión o de defenderse de agresiones. Durante décadas, la inventiva de los presos ha creado auténticos ready-mades que han ido apareciendo según eran requisados o, en el mejor de los casos, cuando los estupefactos carceleros se topaban con una celda vacía y un hueco escavado en la pared o el suelo. Huir. Escapar. Esta es una selección de nuestras armas y utensilios para el escape preferidos. La mayoría pertenecen a cárceles alemanas.