El fotógrafo del «amor en la orilla izquierda» del Sena

Recién llegado de Estocolmo, el fotógrafo Ed van der Elsken retrató a existencialistas, letristas y protopunks en el París de los años cincuenta. Guy Debord le amenazó con lanzarlo al río si publicaba esas imágenes, pero más tarde incluyó varias instantáneas en sus películas al considerarlas el testimonio más fiel de aquella época.

 [Fotografías: Ed van der Elsken]

«Bebían, se tumbaban casi dormidos, fumaban. Eran La Tribu»

Estaba en el lugar y momento adecuados. Era uno de ellos. El fotógrafo holandés Ed van der Elsken fue quien mejor capturó el ambiente del margen izquierdo del Sena durante los años cincuenta. Su cámara y su mirada, siempre adscrita a lo que sucedía en lo subterráneo, retrataron aquel momento en que los existencialistas se mezclaban con los amantes del jazz y los letristas, antecesores de los situacionistas. Fue él quien retrató a una pareja de letristas, Mension y Fred, en pleno deambular, una deriva alcohólica y vándala por las calles de París, con los pantalones raídos y el pelo de color, con frases pintadas en los pantalones y que pertenecían a eslóganes letristas o de la película de Guy Debord, también letrista, Aullidos en favor de Sade. El café Moineau era uno de los epicentros de aquella generación. Bebían, se tumbaban casi dormidos, fumaban. Eran La Tribu, esa misma que fotografió allí mismo, como si fuese un testigo invisible de todo aquello.

En su libro de fotografías Una historia de amor en Saint-Germain-des-Prés (1954) aparecen muchas de estas imágenes, e incluso se publicó en versión inglesa con el título cambiado por el de Love on the left bank (El amor en la orilla izquierda). Elsken fue más allá del mero contemplador de todo aquello, identificándose con el estilo de vida casi vagabundo y errante de aquellos jóvenes. Una de las fotografiadas más impactantes es la de Vali Myers, también en el círculo letrista, una australiana amiga de Cocteau y Genet y que veneraría más tarde Patti Smith, que la conoció en Nueva York y, desde entonces, la llamó «la suprema chica beatnik».

Letristas en el café Moineau de París en 1953