Anti-¡Hola!: Nuestra primera antirrevista fue feminista


En plena transición vio la luz una sorprendente y feminista Anti-¡Hola! que parodiaba al ¡Hola! oficial y masivo. Publicó falsas memorias de modelos, convirtió a Grace Kelly en una revolucionaria y su directora fue una misteriosa «María»

 

Fue una de las grandes consecuencias de los situacionistas franceses, unos de los principales instigadores en la sombra del Mayo francés y que pronto influyeron en buena parte de la Nueva Izquierda europea y estadounidense. El détournement o desvío deliberado y subversivo de las imágenes había aparecido por vez primera años antes, en 1956, en un ensayo titulado Métodos de détournement firmado por los entonces letristas Guy Debord y Gil J. Wolman. Esa estrategia de tergiversación y desvío de imágenes y mensajes tuvo eco en nuestro país donde a comienzos de los setenta, a partir de Los Ácratas madrileños, los Encuentros de Pamplona o grupos armados como el catalán MIL junto a Santi Soler y, posteriormente, con la revista Ajoblanco, los textos del filósofo Eduardo Subirats y las primeras ediciones en castellano de los textos situacionistas, fueron difundiéndose las ideas de crítica radical a la vida cotidiana y subversión total. Y se hizo por medio de cómics y viñetas que fueron sistemáticamente «desviados», creando así nuevos contextos y significados. No fue algo masivo, sino reservado por lo general a activistas de la vanguardia. Los panfletos y viñetas situacionistas que se produjeron en nuestro país eran realmente pobres y, desde luego, en ocasiones grotescamente machistas. En una de estos, una bañista afirma que los obreros asturianos son muy «hombres». Esta fue la prehistoria de intentos más dignos: el Anti-¡Hola!, una de las primeras revistas autogestionadas inspiradas en tácticas situacionistas, fue algo muy distinto.

Panfletos situacionistas en castellano

Panfletos situacionistas en castellano

 

LA REVISTA CREADA POR UNA TAL «MARÍA»

«Su directora, como se decía en su última página, respondía a un “Simplemente María”»

En plena transición, en medio de una oleada de pequeñas publicaciones, cómics autogestionados y colectivos artísticos, surgió una insólita publicación que no solamente circuló por circuitos marginales sino que alcanzó un cierto eco en la prensa mayoritaria y el público en general. Diario 16, entre otros, publicó varios artículos en los que hablaba de aquella «locura», un Anti-¡Hola! que, por momentos, parecía competir en popularidad con el otro ¡Hola!, el masivo y auténtico vocero gris de un país que quería despertarse de un letargo que había durado demasiado tiempo: ¡Hola!, el oficial, vendía la vida de los famosos, las vulgaridades de los ricos y las modelos. El Anti-¡Hola!, por su parte, era una revista de agitación que copiaba su diseño y hasta sus portadas, pero desviaba sus textos.

Portada del primer número del Anti-¡Hola! (febrero de 1977)

Portada del primer número del Anti-¡Hola! (febrero de 1977)

«La prensa señaló como “autoras” del Anti-¡Hola! al movimiento feminista, entonces en pleno auge, y a organizaciones libertarias como Mujeres Libres»

Su primer número salió en febrero de 1977 y fue realizado de forma clandestina por Demetrio Enrique Brisset (nacido en la Habana, veterano activista fundador del Sindicato Democrático de Estudiantes de la Universidad de Madrid, periodista, fotógrafo y experto en antropología audiovisual), el poeta murciano Pedro Provencio y la historiadora Carmen Parrondo, entre otros. Su directora, como se decía en su última página, respondía a un «Simplemente María». Sin embargo, la prensa señaló como «autoras» del Anti-¡Hola! al movimiento feminista, entonces en pleno auge, y a organizaciones libertarias como Mujeres Libres, que se había refundado tras la dictadura y ese mismo año comenzado a publicar desde Barcelona su legendaria cabecera.

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Anti-¡Hola!, número 1

Anti-¡Hola!, número 1

CHICAS Y AGITPROP

«Nuestro propósito es dar la vuelta a la imagen conocida del ¡Hola!, que es una más de las revistas que han usado siempre a las mujeres como consumidoras de mitos, pero quizá sea la más representativa de todas»

«Desde hace una semana —escribió la prensa española—, es frecuente encontrar en los actos feministas a unas jóvenes que venden una revista a una sola tinta titulada ¡Hola!. Aunque dé la impresión de usar los mismos temas que la revista de mayor tirada del país, su contenido es completamente opuesto al del ¡Hola! auténtico y masivo. "Nuestro propósito es dar la vuelta a la imagen conocida del ¡Hola!, que es una más de las revistas que han usado siempre a las mujeres como consumidoras de mitos, pero quizá sea la más representativa de todas”, declara una de las autoras del Anti-¡Hola!».

Publicaron falsas memorias de una Miss, Grace Kelly de pronto se convertía en revolucionaria, los pies de foto eran un ataque directo al mismo poder. La frase que cerraba la revista afirmaba que «El grado de libertad de una sociedad viene dado por la situación de la mujer en ella». Este fue el artículo que le dedicó Diario 16:

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 «El grado de libertad de una sociedad viene dado por la situación de la mujer en ella»

«Estampa "tipical spanish": un niño y una niña —él de traje corto, ella de gitana— a lomos de un caballo, enjaezado a la andaluza, por el Real de la feria. Debajo, el siguiente pie: "Me disfrazaron y me montaron a la grupa del caballo de mi hermano. Protesté porque me ponían entre dos culos y mi padre me pegó una... Ese día me volví feminista". La fotografía y el pie correspondiente pertenecen a una publicación, impresa en ciclostil, elaborada por un grupo de jovencísimas feministas que, utilizando la mancheta, titulares, fotos y forma de hacer de la revista ¡Hola!, popular en toda España y parte del extranjero, exponen su idea del feminismo y una idea de la sociedad consumista y alienada. En la portada, que reproducimos aquí, titulares como "lra de Fürstenberg: operación (delicadísima) de cirugía estética", "María Astrid de Luxemburgo, mujer ideal para Carlos de Inglaterra”, etcétera, contrastan con la imagen de un grupo de mujeres obreras en una reunión de trabajo. En otro lugar, una foto de Grace Kelly y su hija Estefanía, con el pie: "La princesa Gracia, que a veces acompaña a su hija al colegio" y este comentario: "Con gesto preocupado, tras enterarse de la nueva subida de las tarifas del colegio, la princesa Grace declaró a nuestro enviado especial: "Qué barbaridad de precios. Es que sale una a la calle con tres millones y a la media hora se queda sin una perra. No sé adónde vamos a parar". "Pobre mamá —añadió, en un aparte, la niña—, jugando a las princesas cuando vamos a imponer la dictadura del matriarcado". Aparte de estos y otros comentarios jocosos, se encuentran textos serios sobre reivindicaciones femeninas, partidos políticos, estado machista, lucha colectiva, liberación de la mujer, doble militancia, etcétera. En el staff solo el nombre de la directora: “Simplemente María”. Y en la contraportada, junto a la frase “El grado de libertad de una sociedad viene dado por la situación de la mujer en ella", el anuncio de un próximo número sobre el tema de la sexualidad. La cosa promete».

Las secciones «Así es la vida» y «Ecos Mundanos» del primer número del Anti-¡Hola!. En la última imagen, abajo, firma de «Simplemente María»