Satán es mi capitán


Cary Adair y sus «Embajadores del Infierno», fue un espectacular personaje del pulp, el Satán más misterioso y elegante.

 

Satán tenía nombre: Cary Adair. Era el capitán del misterio gracias a Captain Satan, una publicación efímera y bizarra, estéticamente maravillosa y que combinaba crimen y misterio con algo más oscuro. Cary, como algunas representaciones del demonio, era un rico y guapo playboy, aunque carecía de biografía alguna. El cómic nunca explicó por qué se había puesto aquel nombre o qué había hecho antes de adoptarlo. Era todo misterio. Satán era el líder de una banda, liderando a unos tipos duros conocidos como los temidos y malvados «Embajadores del Infierno», la «crew» satánica. Era pulp negro. Pura maldad que se publicó en 1938. La serie partió del legendario magazine Strange Detective Mysteries, especializado en historieta de misterio bizarro. La revista cambió temporalmente (se publicaron solamente cinco números) su nombre por el de Captain Satan y se concentró en la figura vengadora de Captain Satan, para luego volver a llamarse otra vez, durante 33 números, Strange Detective Mysteries. Tras el personaje estaba William O’Sullivan, un prolífico autor de pulp, pero también de relatos sobre deporte y aviación. Cuando el capitán Satán aparecía lo hacía ante la tenebrosa sombra del demonio con cuernos y tridente incluidos. Mr. Cary y su fugaz pasó por el mundo de enmascarados, archivillanos y modernos Robin Hoods, quedó para la posteridad como una reactualización del malo malísimo, tanto que se presentaba como la Satánica Majestad.