¡Que viene el cometa! La peligrosa moda de los cometas que cautivó al mundo


El paso del cometa Halley provocó una auténtica fiebre fetichista y también alarmista. A los abanicos, pins y collares con motivos del Halley se sumaron en nuestro país una oleada de suicidios y hasta píldoras contra la ansiedad

Ilustración representando la destrucción sembrada al paso del cometa Halley (1910). Wellcome Collection

Ilustración representando la destrucción sembrada al paso del cometa Halley (1910). Wellcome Collection

Se sucedían las llamadas milenaristas que anunciaban un final de los tiempos o una matanza sin precedentes cuando el cometa Halley atravesase los cielos liberando gases mortíferos a su paso. Muchos creyeron las advertencias y se refugiaron en sus casas, sobre todo en los avistamientos acontecidos en el siglo XIX, cuando existía muy poca información sobre este.

El astrónomo Edmund Halley (1656-1742) fue el primero en afirmar que tres apariciones espectaculares de tres cometas (1531, 1607 y 1682) eran en realidad el mismo cuerpo celeste. Predijo que volvería a aparecer en 1758 pero se equivocó, aunque por muy poco. Desde entonces, cada aparición del Halley fue acompañada de una enorme moda que se traducía en toda clase de objetos, accesorios y fetiches, como bufandas, abanicos, juegos de cartas, libros o broches para el pelo. Había llegado la fiebre por el Halley.

El supuesto final, para muchos, era lo más parecido a una fiesta y, en 1910, mientras sucedía el fenómeno, celebraron fiestas con bailes y música, adornando sus cabezas con cintas con ilustraciones conmemorativas del cometa, o luciendo collares y pins con motivos Halley, convertido en una moda que arrastraba mucho dinero.

Juego de cartas sobre astronomía (XIX). Science Museum

En 1910 se temía lo peor. Dos años antes Daniel Walter Morehouse (1876-1941) descubrió un nuevo cometa que, según el análisis espectroscópico realizado del área brillante de su alrededor, portaba diferentes gases, algunos tan mortales como el cianógeno. ¿Sería Halley igual y su cola aún más grande? Si bien Morehouse no era muy célebre, sí lo era Camille Flammarion, el mayor divulgador de astronomía de su época, que en su prestigioso Anuario Astronómico advirtió de la posibilidad de un encuentro entre la cola del cometa de Halley y la Tierra el día 18 de mayo. Nuestra prensa también se hizo eco casi a diario de esta controversia: «No cesan los astrónomos, aun sin pretenderlo, de alarmar al público con la afirmación de que del 18 al 19 de Mayo hemos de pasar a través de la cola del cometa de Halley. Por un lado aseguran que nada malo sucederá, y por otra enumeran los peligros que para aquel día nos esperan», informó El Restaurador, en mayo de 1910, mientras la Gaceta de Mallorca, en un tremebundo artículo titulado «El cometa pavoroso», aseguraba que «es imposible que la capa gaseosa de la tierra se deje penetrar por la que forma la cola del cometa, siendo, pues, imaginarios los fieros males con que nos amenazaban algunos astrónomos pesimistas».

Abanico con escena satírica del cometa Halley de 1811 (XIX). Science Museum

Abanico con escena satírica del cometa Halley de 1811 (XIX). Science Museum

Comet Whiskey. Bernheim Bros Carlisle, PA: C.B.Wagner (1920). Wellcome Collection

Comet Whiskey. Bernheim Bros Carlisle, PA: C.B.Wagner (1920). Wellcome Collection

cometthinga.jpg
Adornos con motivos del cometa Halley, circa 1910 (XIX).

Adornos con motivos del cometa Halley, circa 1910 (XIX).

Adornos victorianos para el pelo con motivo del paso del cometa Halley (XIX)

Adornos victorianos para el pelo con motivo del paso del cometa Halley (XIX)

Pin victoriano para el pelo (XIX)

Pin victoriano para el pelo (XIX)

Postal sobre el fin del mundo anunciado por el Halley (1910)

Postal sobre el fin del mundo anunciado por el Halley (1910)

Fue tal el temor ante el final que en Valencia varias personas se suicidaron o acabaron ingresados en hospitales psiquiátricos, como publicó El Imparcial en febrero del decisivo año en un artículo llamado «Trágico fin de un monomaníaco: ¡Que viene el cometa!». A estas víctimas habría que sumar la producida por caídas, en ocasiones mortales, desde los tejados para ver el paso del cometa. También se alimentó la superstición. En Galicia, un terrible temporal fue atribuido a los efectos previos a la devastación final debida al paso del cometa. El Imparcial, en febrero, informó que «el famoso cometa es el tema obligado de todas las conversaciones. Muchísimas personas ven llegar con verdadero temor el crítico momento, y como prueba de ello, esta mañana pudo verse en las iglesias un extraordinario número de fieles en los comulgatorios. Los sacerdotes, aun procurando ser breves e indulgentes en el tribunal de la penitencia, no pudieron despachar a todos los que solicitaban confesión, y esta noche estuvieron llenas las iglesias. Mañana habrá una cola caso cometaria ante las sagradas mesas».

La ansiedad ante la supuesta catástrofe del paso del Halley hizo que incluso se comercializasen píldoras contra la ansiedad generada por el Halley. Una de estas se llamaba «Esperanza».

Píldoras contra la ansiedad provocada por el Halley

Píldoras contra la ansiedad provocada por el Halley

Un joven junto a un anuncio de las píldoras «Esperanza» antiHalley

Un joven junto a un anuncio de las píldoras «Esperanza» antiHalley