«Nosotros destruimos la familia»: Padres contra punks


Una oleada de pánico se desató sobre Los Ángeles, donde reinaban bandas como Circle Jerks o Black Flag, a las que culparon de la violencia. We destroy the family fue un programa que enfrentaba a padres y madres con sus hijos punks

 

En 1980, en la ciudad de Los Ángeles, se vivía una gran oleada de pánico antipunk. Bandas como Circle Jerks, Black Flag o Fear, entre muchas otras, tocaban cada noche en conciertos cada vez más agresivos y, en ocasiones, violentos. A través de la megafonía de una de las principales salas de conciertos, The Starwood, se lanzaban mensajes para evitar la violencia. Entre todas esas bandas, Black Flag concentraron las iras de la policía, asociaciones de padres y madres y periódicos conservadores que veían en la nueva ola punk una amenaza a los valores estadounidenses.

Una pareja de chicos detenidos tras un concierto de Blak Flag (1980). Fotografía: Ron Felsing

Una pareja de chicos detenidos tras un concierto de Blak Flag (1980). Fotografía: Ron Felsing

«Sangre en el suelo, saludos con el brazo en alto… ¿Está el punk rock de acuerdo con el movimiento nazi?»

La baja California, de pronto, se había convertido en un campo de batalla. Aparecieron los primeros mohawks, cada vez se veían más chaquetas negras de cuero, la presencia de chicas en los conciertos punks era menor. La violencia al frente del escenario aumentaba. En 1980, la famosa presentadora Rona Barret en su programa Tomorrow Show entrevistó a Chuck Dukowski, bajista de Black Flag, y le preguntó sobre la violencia en el punk. No era la primera vez que Dukowski, que lucía un mohawk, tenía que contestar a preguntas de este tipo. Habló de los incidentes sucedidos poco antes en el Bace Hall, cuando la policía suspendió una de sus actuaciones, mientras la banda improvisaba una accidentada «Police story». Los punks recibieron a los agentes con el brazo en alto al grito sarcástico de «Seig Heil!». Hubo cargas y botellazos. «Sangre en el suelo, saludos con el brazo en alto… ¿Está el punk rock de acuerdo con el movimiento nazi?», pregunta una escandalizada Barret. Respuesta de Dukowski: «No, la policía es el movimiento nazi». Poco después, a finales de enero de 1981, el BAM (Bay Area Music) Magazine de San Francisco fue tajante: «La violencia de Black Flag debe parar», haciendo referencia a peleas y choques entre fans durante un concierto de la banda en el Starwood y asegurando que en la baja California se multiplicaban los cultos de jóvenes punks seguidores de Adolf Hitler, las bandanas y las esvásticas.


EL PROGRAMA QUE ENFRENTABA A PADRES E HIJOS

«Vamos a ver… roba el dinero a tu madre y compra un arma... destruimos a la familia»


Más tarde, el pánico ante el punk en Los Ángeles se convirtió en esperpento. En la KABC, un programa titulado We destroy the family enfrentaba en un intenso debate a padres y madres consternados ante la conversión de sus hijos e hijas en punks. Hay imágenes de bandas en directo, como Fear, cuyo cantante mira a la cámara y grita «¡Asesinad a vuestros padres y madres!». Fueron precisamente Fear (Lee Ving Y Philo Cramer) quienes compusieron la canción «We destroy the family», que decía: «Vamos a ver… roba el dinero a tu madre y compra un arma... destruimos a la familia».

El programa, que se emitió en ¡5 partes!, se estrenó un año después de que lo hiciera The Decline Of The Western Civilization, uno de los grandes documental de culto, dirigido por Penelope Spheeris, sobre los inicios del hardcore. Circle Jerks, una de las bandas protagonistas, junto a otras como Black Flag, ofrecen un concierto en directo que es una colosal explosión de furia y agresividad punk. El público se mira entre sí con gesto serio y desafiante. Hay tumultos que van de un lado a otro. Los músicos, una y otra vez, se bajan del escenario, intentando apaciguar los enfrentamientos cuando comienzan a ser serios.

«Todas las generaciones hacen la misma pregunta», dice el reportero local de KABC TV Paul Moyer, el narrador de We destroy the family, «y la respuesta es siempre la misma. Los padres se preocuparon cuando los adolescentes adictos se desmayaron sobre Frank Sinatra. Se preocuparon cuando una montaña de pelo grasiento trajo rock and roll a los niños. Se preocuparon cuando The Beatles impulsaron la histeria adolescente a nuevas alturas. Pero si hemos aprendido algo en todo ese tiempo, es esto: los niños crecen y las subculturas mueren. El punk también se desvanecerá», afirmó. Se equivocó, y tanto.