La «cueva de Batman» donde surgió el rock gótico

El Batcave, en el Soho londinense, se convirtió en el epicentro de la cultura gótica al sur de Inglaterra. Nick Cave, Siouxsie Sioux o bandas como Bauhaus, entre otros, fueron asiduos

Cada noche, en la pista de baile, podías darte de bruces con artistas ya muy famosos, como Siouxsie Sioux o con alguno de los integrantes de Bauhaus. También con otros aún semidesconocidos pero que estaban llamados a la fama, como un Nick Cave (que por entonces lucía una imagen más oscura y extravagante) o el mismísimo Morten Harket, el rostro casi de porcelana y de voz celestial de A-ha. Todo podía suceder en el Batcave, abierto desde julio de 1982 y, desde sus primeros pasos, el local más legendario de la por entonces primeriza escena gótica del sur de Inglaterra tras irrumpir el rock gótico en Manchester, Leeds o Belfast. La lista de personajes y bandas que lo frecuentaban era inmensa, la mayoría eran miembros de las más brillantes bandas de post-punk, la siguiente vuelta de tuerca al tribalismo y lo atávico de Adam Antz (llamado a ser el rey del punk, tras la primera oleada punk, algo que no sucedió), y de death rock, el rostro más siniestro y glacial de una escena punk que había mutado hacia algo muy distinto: Alien Sex Fiend, Soft Cell y Marc Almond, Robert Smith y The Cure o Sex Gang Children, todos ellos llamados luego «batcavers» para definir un estilo que reclamaba ser un modo de vida.

El Batcave, la cueva de Batman, situado en Meard Street, en el mismísimo Soho londinense, contaba con un carnet de miembro que exhibían orgullosamente sus numerosos afiliados y en el que podía verse su logo, un murciélago y, en medio, el nombre del club. En la línea de lo que podía esperarse de la cultura gótica y su fascinación por el terror, el bizarrismo y el romanticismo, junto a las sesiones de pinchadiscos solían proyectarse películas clásicas siempre en blanco y negro del primer cine de terror o fantástico, lo mismo que algunos números de circo y cabaret. Era un lugar para ir y dejarse ver, un reducto para almas llenas de peligro, sentimiento y glamour noir, una cueva para antihéroes.