Bernie Sanders y los punks


En 1988, el famoso demócrata y socialista que está dispuesto a parar a Trump entrevistó a una pareja de punks que se definían como «anarquistas». Sanders, que abrió un histórico local donde actuaron Fugazi o Hüsker Dü, era adorado por muchos punk rockers

«Somos la peor pesadilla de Trump», es uno de los lemas del sanderismo, la gran esperanza de la izquierda en Estados Unidos para parar las políticas Trump.  Al demócrata y socialista Bernie Sanders, tras perder las primarias de 2016 contra Hillary Clinton, las políticas antisociales de Trump le han dado alas. Lo que hace unos años parecía un programa político «radical» ahora parece urgente y necesario. Es ya un anciano, aunque provisto de una inagotable fuerza y capacidad de movilización: hace unos días logró recaudar más de un millón de euros en un solo día para la causa antiTrump. Su oratoria no es la habitual en estos tiempos donde los candidatos se convierten en casi estrellas pop, en tipos que buscan empatía a base de bromas, comentarios jocosos y golpes de efecto. Sanders, en cambio, apela a las convicciones, es drástico, se levanta a partir de una verdad: la encrucijada en que se encuentra un país gobernado por un idiota muy listo. Presentado como la bestia parda del establishment, los ricos, el sector más conservador de los demócratas, su figura ha ganado mucha fuerza en las últimas semanas.  

Fachada del 242 Main Street

Fachada del 242 Main Street

Cuando Bernie Sanders era alcalde de Burlington, Vermont (donde vivió y murió Murray Bookchin, una de las mayores figuras del anarquismo estadounidense) entre 1986 y 1988 dirigió un programa de televisión por cable llamado Bernie Speaks. El alcalde, micrófono en mano, salía a la calle a charlar con sus vecinos. En este episodio de 1988, Sanders entrevistó espontáneamente a una pareja de punks anarquistas a los que, sumamente amable, preguntó sobre capitalismo, subcultura, política o anarquía. Muchos punks adoraban al alcalde, que no dudó en poner a disposición de las bandas de hardcore y punk un local que pronto se convirtió en legendario, el 242 Main Street, por el que pasaron Fugazi, Operation Ivy o Hüsker Dü, entre muchos otros, y similar a otro histórico local para los punks, el 924 Gilman Street en Berkeley.

El episodio se emitió originalmente en marzo de 1988 y consiste principalmente en que Sanders interpreta a un periodista itinerante en el centro comercial Burlington Square. Aproximadamente a la mitad del programa, comienza a hablar con esta pareja de punks con una imagen muy Misfits, la generación de punks estadounidenses que a mediados de los ochenta escuchaba a TSOL, Bad Religion o Adolescents, entre tantos otros. Les pregunta qué no les gusta de la sociedad. Responden con una serie de quejas, algunas vagas y otras muy específicas. Ambos son adolescentes y se definen como anarquistas: «La gente no es lo suficientemente abierta […] Piensan que para establecerte en la sociedad hay que tener dinero, vivir en un suburbio, hay que hacer las cosas “establecidas”, como invitar a cenar a mucha gente... si no lo haces entonces no eres socialmente aceptable. Tienes que vestirte de cierta manera para ser socialmente aceptable. Y no creo que haya que pertenecer a nada para ser una persona. Puedo hacer básicamente lo que quiero con mi apariencia, con mi actitud. Nada de eso me importa». Algunas respuestas son un tanto extrañas. Uno de ellos afirma que sería feliz en una sociedad comunista sin «libertad de empresa», siempre y cuando hubiera libertad de expresión. La otra se define como «una especie de anarquista» que no cree «en la anarquía total, porque entonces nos suicidaríamos».

Brendan Canty, batería de Fugazi, durante un show de la banda en 242 Main Street

Brendan Canty, batería de Fugazi, durante un show de la banda en 242 Main Street

Público del 242 Main Street

Público del 242 Main Street

Interior del local

Interior del local